Esto, también pasará...
La vida es una constante fluctuación de estados y acciones. Nuestra mente por naturaleza quiere buscar la felicidad, por eso es que constantemente estamos pensando y saltando de un pensamiento a otro. Nos encontramos tratando de etiquetar cada situación que nos encontramos juzgando si es buena, mala o regular.
No podemos controlar lo que nos sucede, pero si como reaccionamos a ello. Existe una frase muy famosa en inglés que dice “This too shall pass”. En español significa, “esto, también pasará”. Es una frase muy significativa por muchas razones. Cuando pasamos un mal momento es importante recordar que la vida no siempre es así. Que la vida tiene momentos increíbles y que cuando la estamos pasando mal, este momento no durará para siempre. Este mal momento que estamos viviendo hace que los momentos felices sean aún más preciados.
Tengo una amiga cercana que hace unos años termino una relación de muchos años. Un día, desahogándose, me comentaba lo triste que se sentía. Le aconseje que sintiera su dolor, e incluso, si te atrevía, lo disfrutara. Porque este dolor pasaría y llegaría un momento en donde no solo se sentiría bien, si no que se sentiría mejor que nunca. Porque en ese hoyo en el que ella creía que se encontraba, podía sentarse y utilizar esa oportunidad para re examinar toda su vida. Para realmente recordar todo lo que había vivido, los errores y las lecciones. Son estos los momentos que nos ayudan a reconstruirnos, a levantarnos. Para que cuando salgamos de ese hoyo no salgamos como la persona que entro. Si no que salgamos como guerreros de vida. Salgamos como fuerzas del universo preparadas para luchar contra cualquier situación con la que nos enfrentemos. Somos semillas, dentro de un hoyo. Cuando entramos en conciencia y nos regamos, crecemos como los árboles que somos y así salimos a vivir la vida.
Lo mismo sucede con los momentos felices. Muchas veces nos entristecemos pensando que la felicidad no dura para siempre. Pero la realidad es que pensamos así porque vemos la felicidad es algo externo. Una vez que experimentamos la paz y la felicidad interna entendemos que no necesitamos de esa felicidad externa para sonreír. Cuando llegan los momentos de felicidad externa, ya sean viajes, nuevos trabajos, parejas, etc. los disfrutamos y los disfrutamos muchísimo, pero nuestra felicidad no depende de ellos. La vida fluctúa de un momento a otro. Tenemos momentos felices y otros tristes. Pero cuando son momentos felices los disfrutamos aún más. Porque sabemos que este momento es único, no se volverá a repetir y que por eso es un momento tan preciado y hermoso. Sabemos que pasara y eso lo hace mucho más especial.
Por eso es importante saber que sí, todos los momentos pasan. Cuando estamos en un mal momento, ese momento no durará para siempre. Pasará. Y mientras estamos ahí, hay que tomar lo mejor de ese momento, envolvernos en él, aprender de él y salir disparados, buscando el sol y para así crecer como árboles. Y cuando el momento es feliz, nos envolvemos aún más. Sabiendo que no hay un momento en la historia que ha sido ni que será igual. Entonces lo disfrutamos y lo vivimos, nos mezclamos en él, lo respiramos y lo vivimos.