Soma
Soma viene de la palabra en sanscrito que significa atención. Cuando le damos atención a alguien o a algo en realidad le estamos dando amor. Le estamos enseñando que no hay nada más importante que lo esa persona está haciendo en ese momento, sin importar cuál sea la actividad, estamos teniendo una experiencia compartida.
De acuerdo a la tradición védica lo más importante que existe en el universo es la experiencia compartida. Es decir, el amor. Es el hecho de estar con cualquier ser vivo y consciente, y darle nuestro soma. SIEMPRE que damos soma, recibimos soma. El amor que damos es el amor que recibimos.
Por eso es que cuando estamos platicando con alguien y esa persona llega a sacar el celular y a checar las historias de otras personas, nos sentimos. Nos sentimos porque esa persona no nos está dando su atención, y eso arruina la experiencia compartida. En una situación así, ya no estamos en un intercambio mutuo de soma, esa persona le está dando el soma a algo más y no está compartiendo nada con el otro ser vivo que está enfrente de ellos.
El dar soma, atención y amor es estar con cualquier persona que este ante ti y tener una experiencia compartida. Es sumergirte en ese momento y ver a donde eso te lleva (pista: a un mejor estado). Porque eso es lo que el universo quiere; que nos reconozcamos a nosotros mismos en el otro. Por eso al meditar desarrollamos mucho la empatía, para tener más experiencias compartidas. Esa experiencia se extiende a cualquier ser humano, ya sea al taxista, a la persona a la que le estamos comprando un café, a nuestro mejor amigo, a nuestro jefe, a nuestra pareja, a nuestros papas, a todo el mundo. Porque darle soma a alguien es como echarle un bote de miel a esa persona, lo llenas de dulzura y de amor y esa persona es alzada y se llena de amor. Y al darlo, esa sensación se multiplica en ti.
Además, el dar soma no se limita únicamente a los humanos. Dar soma se extiende a cualquier ser vivo. A las plantas, a los animales, al sol, al mar, a TODO. Por eso las personas que aman la naturaleza se sienten tan nutridos al estar en ella. Porque al admirarla la naturaleza se siente amada y regresa ese soma al que la está admirando.
Por eso es importante estar presente en todo momento porque al estar presente apreciamos cada segundo de la vida y apreciamos a todo ser vivo. Podemos hasta darnos soma a nosotros mismos. A nuestras piernas por llevarnos a todos los lados que le pedimos, a nuestros brazos por cargar todo, a nuestros ojos por ver, a absolutamente todo.
Con nuestra práctica diaria de meditación, espontáneamente empezamos a estar más receptivos y apreciativos a todo lo que nos rodea. Al apreciar, damos soma y eso enaltece nuestro estado natural. Entonces se hace un ciclo virtuoso y esta se vuelve nuestra manera de vivir. Siempre viviendo en intercambios constantes de soma en donde damos y recibimos amor y entonces nuestro estado natural se vuelve el más enriquecedor.
