De Corazón a Corazón
Parte de la condición humana es la lucha por adquirir mayor felicidad y alcanzar niveles más ricos y profundos de vida. Nos expresemos de esa manera o no, nuestras acciones hablan por sí solas. El paradigma viejo es buscar distracciones o escapes; externalizamos nuestra condición e intentamos calmarla con alguna forma de consumo. El resultado trae únicamente un alivio temporal, y una vez que la novedad pasa, buscamos la siguiente experiencia. Esta es la vida de un “buscador.” Una práctica diaria de meditación es la puerta a vivir una vida como “fundador”. Cuando habitualmente cultivamos un estado de mente calmado y reducimos estrés y ansiedad, encontramos esa riqueza de vida disponible en todo momento. Cuando minimizamos nuestra reactividad ante cualquier situación, extraemos de ello una experiencia que es sencilla pero sumamente profunda, y frecuentemente instructiva. La consciencia del momento presente es la llave a la felicidad, ya que la felicidad únicamente existe en el presente. Porque el momento presente siempre está aquí y a ahora. Lo que hemos encontrado ahora es un modelo para encontrar una felicidad sostenida, sin subidas y bajadas, pero en vez sostenida e integrada. Cuando nos cachamos a nosotros mismos siendo demasiado competitivos, criticando y juzgando, es porque no estamos en el momento presente. Hay una sutil diferencia entre esforzarse por mejorar y tener expansión y entre rechazar nuestra experiencia actual. Cualquier rechazo de donde estamos es resistirnos al momento presente, es resistirnos a la felicidad y resistirnos a la vida en sí. La resistencia es la Fuente de todo sufrimiento. Nuestra preferencia siempre es lograr tanto la expansión como la aceptación de manera simultánea. La única manera que podemos lograr eso es mediante el Amor. El maestro de mi maestro, Maharishi Mahesh Yogi, resumió la mecánica de esto en esta hermosa frase: "No estamos respondiendo a este instante si estamos juzgando cualquier aspecto de él. El ego busca qué criticar. Esto siempre involucra comparar con el pasado. Pero el Amor mira al mundo con paz y aceptación. El ego busca defectos y debilidades. El amor busca cualquier señal de Fortaleza. El amor mira que tan lejos uno ha llegado y no lo que falta por llegar. Que tan sencillo es Amar, y que tan cansado es el siempre encontrar fallas; por cada vez que vemos una falla pensamos que hay que hacer algo al respecto. El amor no sabe de nada que se necesite mas que más amor. Es lo que hacemos con el corazón lo que afecta a otros de las maneras más profundas. No son los movimientos de nuestro cuerpo o las palabras en nuestra mente que transmiten el amor. Amamos de corazón a corazón.”