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YO + TU + LA CONCIENCIA DE TU Y YO


"Me gustaría enseñarte, cuando te sientas solo o en la oscuridad, la asombrosa luz de tu propio ser" -Hafiz of Shiraz-

Por lo general siempre pensamos que en las relaciones únicamente participan dos personas o seres conscientes. Pero de acuerdo a la perspectiva védica, en realidad hay otra conciencia dentro de la relación. Esta tercera entidad es la relación en sí. La relación en realidad funciona así, persona A + persona B + la conciencia de la relación de A y B = 3 seres conscientes. Es decir, en una relación (no tiene que ser exclusivamente romántica) nos enfocamos únicamente en darle amor y atención a la otra persona, pero nunca nos enfocamos en fomentar la relación en sí. Tenemos la idea de que lo que le damos a la otra persona y lo que esa persona nos da de regreso es suficiente. Pero la relación en si es algo que también hay que fomentar y nutrir. Como decía Maharishi Mahesh Yogi, todo a lo que le ponemos atención en nuestras vidas crece. Entonces si le ponemos atención a la relación, además de a la persona, nuestra relación mejorará. Para explicarlo más a fondo, pensemos en cuando una persona cercana a nosotros muere (o deja su cuerpo, como decimos en la tradición Védica). La relación que tenemos con esa persona sigue, o incluso evoluciona, a pesar de que la persona no este físicamente presente. No importa el tipo de relación que tengamos con esa persona, sea una relación llena de amor o de resentimiento, seguimos sintiendo esas emociones a pesar de que la persona no este físicamente con nosotros. Esto es porque la relación aún sigue viva, nos sigue alimentando por lo que todavía tenemos la oportunidad de crear y evolucionar la relación. Hasta podemos perdonar a una persona que ya no está con nosotros. Podemos analizar y profundizar nuestra relación con ellos y hasta llegar a conocerlos mejor. Con el paso del tiempo, la relación en si cambia, madura, evoluciona y se llena de amor (si así lo deseamos). Esto es porque las relaciones son seres conscientes y están vivas aunque exista la ausencia de la otra persona. Entendiendo esto nos damos cuenta que podemos darle amor a una persona y al mismo tiempo también podemos tomar acciones para nutrir la relación en sí sin importar el efecto que puede o no tener en esa persona. Es decir, podemos platicarle al mundo entero de lo increíble que es la otra persona. Y aunque esa persona nunca se entere de las porras que le estamos echando, la relación florece. Funciona también a la inversa si por ejemplo coqueteamos o estamos con otra persona, entonces, aunque nuestra pareja nunca se entere, la relación se daña. Cuando la relación en si es algo que también está siendo cuidada y amada, naturalmente florece y se fortalece creando una conexión mucho más fuerte para que ambas personas disfruten. Entonces tratemos de siempre estar conscientes, no solo de las personas en sí, pero de nuestra relación con ellos. Sin importar si están vivas o no, si están cerca o lejos, si hablamos con ellos o no, tratemos de nutrir la relación. Pensando en cosas buenas de la persona, hablando de ellos, mandando buenos sentimientos y vibras a donde sea que estén. Hagámoslo sin importar el resultado o la reacción de la persona. Hagámoslo con la intención de mejorar la relación en sí, porque al alimentarla también florecemos y nutrimos nuestro propio ser.


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