

BRINCA Y LUEGO VOLTEA
Cuidarnos es un instinto natural del cuerpo. Cuando el cuerpo sabe que está en un lugar peligroso naturalmente sentimos miedo para protegernos. Lo mismo pasa con los animales, si a un perro lo acercas a una ventana naturalmente se quiere alejar de ella porque sabe que es peligroso. El problema no es que nuestro cuerpo nos proteja cuando realmente estamos en peligro, el problema es que por todos los estreses que hemos vivido; el miedo se vuelve un constante jugador en cómo nos


Somos postes de Luz…
Cuando empezamos a meditar es común que notemos cambios en nosotros. A lo mejor empezamos a dormir mejor, a lo mejor se nos empiezan a antojar cosas más sanas, a lo mejor nos enfermamos menos, a lo mejor la comida nos sabe más rica o los colores los vemos más brillantes. Al principio estos cambios nos sorprenden mucho y nos dan mucha alegría. Con nuestra práctica diaria de meditación estos cambios se empiezan a estabilizar en nuestro ser y en nuestra vida diaria. Entonces los


Trascendiendo los sentidos…
Vivimos en el mundo relativo, el mundo cambiante. Cuando meditamos experimentamos el mundo absoluto, el mundo no cambiante. Al meditar experimentamos los niveles más profundos de la mente y empezamos a perder noción de los sentidos; los empezamos a trascender. Primero perdemos la sensación del olfato, luego el sentido del gusto y después perdemos el sentido del tacto. Por eso es que muchas veces en nuestra meditación dejamos de sentir las manos y se nos olvida en donde están.