Las Cadenas del Humor
Cuando alguien hace algo bueno por nosotros y nos sentimos felices, ese sentimiento se contagia y queremos devolverle ese favor no solamente a esa persona sino al mundo. Si alguien nos cede el paso en el coche, a lo mejor cuando nosotros tengamos la oportunidad de ceder el paso vamos a hacer lo mismo por otro coche. Lo que nos sucede es que absorbemos las emociones y la energía de las personas que nos rodean mucho más de lo que nos damos cuenta.
Si un día llegando a la oficina tu jefe te grita o te regaña tu absorbes esa energía y muchas veces es demasiado fuerte para contenerla entonces queremos deshacernos de esa energía y se la pasamos a cualquier inocente que se cruce en nuestro camino. Entonces muchas veces nos encontramos gritándole, por ejemplo, a nuestra pareja. Nuestra pareja al absorber esto a lo mejor le grita a su mama, y la mama a la hermana y la hermana a su maestro y el maestro al alumno y así se hace una cadena de mal humor.
Así como el mal humor se contagia, el buen humor también se contagia. Si nosotros siempre tratamos de dar nuestra mejor versión, cualquier persona con la que interactuemos absorberá nuestra energía y asimismo esa persona pasará esa misma energía a cualquier persona con la que pueda tener contacto.
Como meditadores se vuelve casi una obligación esparcir esta felicidad al mundo. Lo realmente increíble es que no tenemos que hacer ningún esfuerzo de enseñar al mundo nuestra mejor versión. Cuando meditamos, la mejor versión de nosotros sale automáticamente. Nos enojamos menos, somos más tolerantes y más compasivos. Y esta forma de ser se contagia a los que nos rodean.
Hay un fenómeno que habla de esto llamado el “Harmony Field Effect”. Se hicieron unos estudios sobre el beneficio de la meditación en la población en general. Lo que se demostró fue que si 1% de la población de cualquier comunidad, ciudad, país o incluso del mundo medita, entonces el crimen, las enfermedades y los accidentes bajan dramáticamente. Asimismo, hay un incremento positivo en las tendencias sociales, económicas y políticas de la población y también sube el orden y la armonía en la conciencia colectiva de la sociedad.
Por eso es importante que nos mantengamos regulares con nuestra practica de Meditación Védica. Son solo 20 minutos en la mañana y 20 minutos en la tarde, es más que suficiente no solo para hacer un cambio radical en nuestra vida si no también en la vida de todos los que nos rodean. Una vez que empezamos este camino, la manera en que llevamos la vida y como afectamos a los que nos rodean es de gran impacto. Y el simple hecho de que meditamos es casi asegurado que todas las personas con las que tengamos contacto van a sentirse influenciadas por nosotros de manera positiva.