“Ojo por ojo y el mundo acabará ciego” -Mahatma Gandhi-

Gurú Deva es el maestro más importante de la tradición védica. Es importante porque cuando los ingleses invadieron India quisieron eliminar toda la tradición y por un tiempo esta fue casi olvidada. Pero Gurú Deva fue quien la trajo de regreso al pueblo.

Antes de ser nombrado Shankaracharya (Rey de los Yoguis, la posición más alta espiritual de la India), Gurú Deva vivía en una cueva en los Himalayas y poco a poco su fama iba creciendo. Personas de todo el país viajaban para tan solo observar a este ser tan iluminado.

Un día, un observador encontró a Gurú Deva nadando felizmente en un rio. Mientras nadaba, Gurú Deva vio a un escorpión a mitad del agua que se estaba ahogando. Entonces nado hacia él y lo recogió con su mano y el escorpión lo pico. Gurú Deva no se aflijo y sigo cargando al escorpión en su mano hasta llevarlo a la orilla. En ese transcurso hasta la orilla, el escorpión pico a Gurú Deva un total de 3 veces.

El observador se quedó anonadado y se acercó a Gurú Deva y le pregunto porque no había matado al escorpión o porque no lo había dejado ahogarse si este le había picado 3 veces. Gurú Deva se rio y le respondió “la naturaleza del escorpión es picar y la mía es ayudar. El sigue su naturaleza y yo sigo a la mía”.

Esto nos deja una valiosa lección. No podemos cambiar la naturaleza de otras personas o de otros seres. Y por lo mismo, su comportamiento tampoco cambiará nuestra naturaleza.

Si alguien nos empuja, no por eso nosotros vamos a empujar de regreso. Si nuestra naturaleza es amar, entonces podemos amar a esa persona a pesar de cómo actúe.

Con nuestra práctica diaria de meditación vamos redescubriendo nuestra verdadera naturaleza y nos convertimos en nuestra mejor versión. No llenamos de infinito potencial, infinita creatividad e infinito amor.

Y entonces como reaccionen o se comporten los demás dejará de afectar nuestro comportamiento y nuestra naturaleza. Siempre tendremos disposición de amar, ayudar y disfrutar la vida.